lunes, 19 de marzo de 2012

Relato Corto: Mis Recuerdos se evaporan

Una ventana raída por la sal y el viento dejaba pasar  un pequeño haz de luz; las paredes, hechas con materiales de otros tiempos, no dejaban escapar el frío de la madrugada, siempre quedaba un hálito de humedad entre sus habitaciones.

El sol no tenía piedad de un cuerpo que se enganchaba al sueño como único estado de perfección y estabilidad en sus pensamientos. Poco a poco, la luz se acercaba a su cara augurando un nuevo día.

Otra vez el sol en la cara, tendré que decirle a mi Pepe, cuando venga este verano, que la arregle. Me sorprendo a mí misma, en las primeras horas de la mañana recordando cosas y caras con normalidad, se ve que mi cabeza necesita muchas horas de descanso. Giro la cabeza y encuentro a mi nuera en la cama de al lado, cansada y con un leve ronquido que indica su antigua adicción a la nicotina.

viernes, 3 de febrero de 2012

Relato Corto: d) Todas las respuestas son correctas

Anoche fue una de esas ocasiones en las que tu cerebro abandona el cuerpo y permite que el alcohol campe a sus anchas por la sangre. Después de la segunda botella de vino perdí la noción del tiempo y del espacio; solo veía gente a mí alrededor, ni siquiera era consciente de en el lugar en el me encontraba.

Esa maldita zorra de Inmaculada (curioso nombre para una mujer que no conoce el gel íntimo) me llevó a casa de unos amigos suyos para una fiesta y me abandonó en mitad de la noche, o eso parece, ya que me he despertado en un suelo que me es desconocido.

No es de extrañar que me quedara durmiendo en el primer lugar que pillara, tampoco sería la primera vez que me dejo engatusar por unas buenas tetas para después perder todo mi dinero en extrañas circunstancias.

sábado, 7 de enero de 2012

Relato Corto: La navidad, esa etapa del año de felicidad y generosidad

Anoche entró un señor gordo por mi chimenea vestido de traje y corbata. Me quedé sorprendido ante esta situación y le pregunté:

- ¿Eres Santa Claus?

Mientras abría mi cartera, que estaba encima de la mesa, me miró y me dijo:

- Que voy a ser Santa Claus, serás capullo

- ¿Entonces quien eres?, le pregunté

- Soy el hombre que el FMI manda a todas las casas para desearos feliz navidad, además de para coger todo el dinero que pueda.

- ¿Y eso porqué? Le dije asombrado

- Porque hay que ayudar a los bancos a que se hagan más ricos y cuando ingreséis algo de vuestra mísera paga os puedan regalar un jarrón o una vajilla.