El día 23 de abril está marcado en rojo en el calendario por cualquier amante de los libros. Una jornada en la que todas las ciudades, a pesar de su tamaño, facilitan a las librerías un espacio en sus calles para que los autores puedan presentarse en sociedad. De esta forma abandonan las fotos de las solapas y se muestran antes sus lectores, ya sean pasados o futuros, para demostrarles que no viven en una torre de marfil.