sábado, 11 de junio de 2011

Relato Corto: "Hipocresía Social"




- Uno de los grandes avances desde los siglos pasados a la actualidad es el abandono de la sociedad hereditaria por una sociedad igualitaria. Donde todo el mundo tiene las mismas oportunidades y aspiraciones. Explica uno de los catedráticos en historia modernas más significativos de España

Levanto la mano y me incorporo para hablar:

- Discrepo con su afirmación.


- ¿No está de acuerdo con lo que digo?, acaso para usted la democracia no trajo igualdad de condiciones para todos. Me dice apoyado en el atril.

- ¿Usted cree realmente en lo que está diciendo?, pregunto mientras me apoyo en la mesa.

- No lo creo, es la realidad. Dice de forma autoritaria.

- Un catedrático de su nivel afirmando algo tan rotundamente. Me parece algo insólito la verdad.

Antes de que me responda sigo hablando:

- Lleva alrededor de dos semanas explicándonos las diferentes redes sociales de cada individuo y la importancia que tiene un individuo situado en una amplia red social. No sólo de forma cuantitativa sino cualitativamente. Entonces al establecer la red social de usted y la de un obrero ¿cree realmente que los hijos de ambos tendrán las mismas posibilidades?

- Pongamos un ejemplo, los hijos de ambos llegan a la universidad y deciden estudiar esta carrera. Mientras uno de ellos queda fuera de la red social del profesorado, por lo tanto, no conoce a nadie. Su hijo aparece como un nodo de la red social del profesorado de esta casa y cuenta con una ventaja considerable. Para su hijo un mal día puede no influir en los resultados finales, pues, “Se que ha tenido un mal día, lo conozco y se lo ha trabajado mucho”. Mientras que para el alumno “anónimo” ese mal día no pasa en balde y lo lastra.

- Con estas afirmaciones usted está poniendo en duda la profesionalidad del profesorado de esta institución. Dice subiendo el tono de voz

- Usted al comienzo de este máster dijo unas palabras muy significativas: “ no olvidéis matricularos el año que viene para el doctorado, no cerréis esa puerta, además tenéis una beca séneca que os puede ayudar”

- Sigo reafirmando esa opinión, y esto lo digo para todos. No cerréis esa puerta, optáis a una buena beca para poder seguir con vuestras investigaciones. Dice dirigiéndose a toda el aforo.

- Un profesor de esta casa, recientemente nombrado catedrático, recibió una llamada cuando estábamos en clase y se alegró muchísimo al saber que habían concedido esa beca a uno de sus alumnos. Seguidamente actuando sin pensar se dirige a la clase y nombra a uno de mis compañeros diciendo que él será la próxima beca séneca. Casualmente mi compañero está dentro de la red social del profesorado de la universidad desde que entró a la misma. ¿Coincidencia?

Separándose del atril avanza hacia mi persona y poniendo su cara prácticamente junto a la mía dice:

- Lo que está diciendo es muy fuerte señor Lianiaski, diga nombres si tiene lo que hay que tener.

Riéndome le digo:

- Tendré una red social limitada pero no soy digamos, ¿tonto?, en una universidad pequeña todo el mundo está relacionado y curiosamente dentro de un mismo departamento todos se suelen llevar muy bien.

- Vamos que eres el típico que tira la piedra y esconde la mano. Me dice volviendo a su posición en el atril.

- Yo no he dicho nada malo, sólo estoy describiendo situaciones reales de esta casa. Para demostrarle que no somos iguales, donde nacemos marca el resto de nuestra vida.

- Se produce un sentimiento de igualdad a los ciudadanos para que estén tranquilos, para que tengan la ilusión de que pueden llegar a las altas esferas de la sociedad trabajando sin descanso. Pero sólo es una ilusión, las grandes capas de la sociedad están copadas por las mismas clases desde hace mucho tiempo. Cuidan de que sus “herederos” ,ya sean biológicos o de elección, ocupen los puestos que ellos abandonan, pero nunca podrá llegar a este nivel un ser de una clase inferior. La igualdad en la sociedad es un espejismo que se difumina cuanto más te acercas a él.

- Deje de malgastar su tiempo leyendo libros de personajillos que sólo llenan su cabeza de pájaros y de ideas inútiles que lo único que hacen es que pierda oportunidades.

Recojo mis cosas, me despido de mis compañeros y salgo de la clase diciendo:

- Si usted piensa de esa manera no merece la pena que me quede más tiempo en esta clase pues no creo que me aporte nada más. Gracias por nada señor catedrático.

4 comentarios:

  1. Tristemente, para mí también representa la realidad. Ojalá no fuera así, pero esos nodos no surgen por igual de la nada, ya llevan tejiéndose demasiado tiempo... :(
    Muy grande, José!

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  2. Lúcido como siempre Jose, muy lúcido. La calle nos llama¡¡

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  3. Muchas gracias por vuestros comentarios. Los viejos nodos impiden que crezcan nuevos. La mala hierba no deja crecer nada.

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  4. Tristemente real. No somos iguales y esta en nuestras manos cambiarlo. No nos debemos conformar!!! Un saludo.

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