sábado, 19 de noviembre de 2011

Relato Corto: El futuro, una quimera

El mejor momento de la vida de Carles Lianiaski es el de sacar la basura. Es el único en el que puede estar tranquilo con sus semejantes; los desperdicios y las inmundicias.

En un cubo de basura se pueden encontrar cosas curiosas, a través de los desperdicios puedes saber más de una persona concreta. Que le gusta comer, que productos de aseo usa o las cosas que ya no le interesan. Suena un poco a enfermo mental, sí, pero también hay personas que se dedican a especular con la muerte de los demás y son reconocidos en la sociedad.

Para Carles es un ‘lujo’ poder examinar la basura de sus vecinos disimuladamente mientras se fuma un pito. Es una manera cobarde y asquerosa de escapar del suplicio de su vida. Su mujer, su jefe, el alquiler, la bebida, todo ello lo empequeñecen hasta convertirlo en una babosa repugnante que vive de lo que recoge del suelo.

Realmente la vida de un hombre de 40 años sin trabajo estable, eso es el 80% de la población de este jodido país, es muy triste. En parte, es malo haber vivido la época de bonanza sin llegar a ser consciente de la situación.

A veces, pienso que no debería haber tomado algunas decisiones, y cada vez que veo a mis hijos se me revuelve la conciencia. ¿Por qué los traería a este jodido mundo?

Cuando leí a Aldous Huxley y su cinturón de castidad me reí un montón. Las personas tenían la capacidad de controlar la fertilidad a su antojo por medio de diferentes métodos anticonceptivos. La actualidad no es algo muy diferente, en vez de esos bonitos cinturones maltusianos tenemos farmacias repletas de anticonceptivos. Tenemos la sensación de que tenemos el control sobre nuestra fertilidad, ¿Eso es así?

Uno de mis hijos tiene 28 años y vive con nosotros. Desde hace varios años tiene pareja estable pero no consigue construir una relación independientemente real de sus padres. Una casa vale más de 50 millones, de las antiguas pesetas, y un sueldo no llega a las 100 mil de las antiguas pesetas. Si por lo menos tienes la seguridad de que cobrarás esos 600 euros (con suerte cobras eso, la realidad es que son unos 300) durante un tiempo indeterminado, por lo menos, te da una estabilidad, pero no es así. Duermes con la espada de Damócles sobre tu cabeza.

Temo que mi hijo me diga que voy a ser abuelo. Haría un esfuerzo para que su ‘mujer’ no diera ese paso. No sería difícil convencerla; los argumentos son tristes pero reales.

¿Dónde vais a vivir? En casa de tu madre o en la nuestra, porque eres consciente de que, con la que está cayendo y con vuestros, supuestos, sueldos no os darán una hipoteca en la vida, además, si os la dan os pondrán una bola al final de la cadena muy pesada. Eso es, no tendréis casa en la vida.

Me puedes contestar que os vais de alquiler, perfecto. Las personas que ostenta en privilegio de tener en propiedad pisos o casas os consideran una ‘hucha’, es decir, meterán dinero al principio para que os quedéis la casa, así al romper la hucha al final de cada mes se haya multiplicado por arte de magia. Hablándote claro, los alquileres están por las nubes y las ‘casitas’, sí casitas, suelen ser una fantástica mierda.

Luego tendrás el gasto de la parejita, no tendréis ni un solo artículo de los llamados de lujo. Estos son los siguientes: comida que esté un nivel por encima del chóped y el paté, ninguna clase de tecnología, no podrás contratar ningún servicio por encima de los esenciales; luz, agua y gas, además de comunicarte a través de las cucarachas que rondarán por tu cocina; nada de móviles. Si esto es difícil, imaginad con un niño que se lleva el 80% del presupuesto mensual de un sueldo ‘normal’.

A este modelo de vida lo llamaría ‘castración estatal’. Estamos superpoblados y no debería haber tanta gente en este país, ¿Qué hacemos? Vamos a hablar con la Unión Europea y los americanos a ver que dicen. El resultado fue bastante, digamos, al uso. Estos políticos lo solucionan todo de la misma manera; quito dinero de aquí y de allá y lo meto en mi cartera.

La ‘solución final’ de los países pseudodemocráticos fue inventar una crisis para así reubicar a los ciudadanos. La reina está asentada en su trono y ordenada a sus subordinados que expriman y desangren todo lo posible a los más pequeños. Vamos a estrujarlos tanto que la procreación va ser un artículo de lujo. Solamente dejaremos que trabajen para nosotros y elegiremos cuando se pueden reproducir.

Suena un tanto tajantes, serán los efluvios del contenedor de basura. Pero es así como lo veo. Desde que empezó la crisis son cada vez los que estamos enfermos, es decir, somos más los que buscamos en la basura. Lo mío es solo por deporte, pero el que me está jodiendo todos los viernes es por necesidad.

Apago el pito y lo tiro dentro del contenedor haber si arde y nos divertimos un poco en el barrio. Voy a casa a ver mi nueva tele con tdt incorporado, como añoro mi vieja Philips, en mi sofá sueco y comiéndome unas patatas del supermercado que viene de tierras valencianas. A disfrutar de la vida que son dos días. Para los que venís a presentar vuestras credenciales en esta época, solamente una observación, intentad vivid del aire, es vuestro futuro.

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