Tic, tac, tic, tac…
- ¿Podrías ser tan amable de dar ya la hora de levantarse?
Tic, tac, tic, tac…
- Bueno si no eres tan amable de hacerlo te vas a la mierda señor reloj. Cojo el reloj y lo estampo contra la pared deshaciéndolo en pequeños trozos.
Abro el cajón de la mesilla de noche y saco otro reloj:
- Espero que te portes mejor que tu compatriota, vamos da la hora.
Marca las 7 y media de la madrugada y empieza sonar.
- Así me gusta un reloj obediente, a ver mañana como te portas.
El salón no parece el de anoche, sólo quedan restos de botellas y paquetes de tabaco vacíos por todos lados, en la mesita que hay entre los sofás queda media botella de Jack.
- ¿Dejé anoche media botella?
- Me estoy volviendo blando, bueno así puedo tomar algo justo después de ducharme. Qué coño, me la meto a la ducha mientras no le entre agua.
Todo el mundo debería probarlo, no hay nada como notar el agua caliente correr por tu cuerpo, mientras que en el interior de él corre también un liquido caliente acrecentando tus sensaciones exteriores adormeciendo las interiores.
- Bueno ya tengo fuerzas suficientes para ir al trabajo, vamos a ver donde tengo el uniforme. Busco entre la ropa del armario.
- Aquí está. Saco una camisa a rayas ocres, verdes y naranjas, unos pantalones verdes con una línea fina naranja y los zapatos de seguridad más feos del mundo.
Por la calle todo es normal, son alrededor de las 8 y media de la mañana, los trabajadores, unos van al encuentro con sus trabajos otros vuelven de ellos, la mayoría están reunidos alrededor de los bares que a estas horas de la mañana exhalan olor a café mezclado con el humo del tabaco.
Entre esta amalgama heterogénea en aspecto pero homogénea en sensaciones aparece una extraña pareja, un hombre enjuto y pequeño vestido con un traje de chaqueta carísimo tira de la mano de un niño pequeño.
- Vamos Ismael que llegamos tarde al colegio y luego papá tiene que ir al instituto para trabajar.
- No quiero ir al colegio papá, es un rollo.
- Si no vas al colegio y estudias al final acabarás pidiendo por la calle o trabajando en un supermercado como chico de los recados.
Mientras habla con su hijo no es consciente de que una figura se aproxima a ellos y va tan absorto en sus pensamientos que no los esquiva.
- Disculpe señor. Dice el hombre trajeado
- No pasa nada le digo. (Otro pijo que se ha perdido por mi barrio)
- ¿Lianiaski?
- ¿Cómo sabes mi nombre? (Espero no deberle dinero)
- Soy Ismael tu compañero de clase en la uni. Me dice mientras me alarga la mano para estrechármela.
- Hombre Ismael, cuánto tiempo tío, ¿Qué hay de tu vida? Le estrecho la mano afablemente mientras le pregunto. (este tío era el más tonto de la clase y mírale ahora con un traje caro y un niño, tenían que prohibirle transmitir sus genes a otro ser humano por su bien).
- Pues ya ves Lianiaski, llevando a mi hijo al cole. Mira este es Ismael Jr. Adelanta a su hijo para que me salude.
- Saluda peque, es un viejo amigo de papi.
Me extiende la mano sin poder esconder el miedo que le provoco.
- Bu! Le digo.
- Papi, papi me quiere pegar. Dice mientras se esconde tras Ismael.
- No seas malo Lianiaski que es todavía un pequeñín.
- Ja, ja, ja, perdona nene no he podido evitarlo. (Es tan cobarde como su padre).
- No tengo mucho tiempo, pero dime ¿cómo te va la vida? Dice mientras vuelve a situar al niño a su lado.
- Pues trabajo más horas que un reloj y gano menos que en un top manta. (ni papi ni mami pudieron enchufarme en un sitio decente como a ti)
- Siempre tan pesimista, tienes que ser más positivo en la vida tío. ¿Dónde estás trabajando?
- En el mer…. De la esquina. (Eres tan tonto que no has reconocido el uniforme, a no, que con el dinero de papi tendrás una asistenta y no harás nada se me olvidaba).
- ¿Con dos carreras e idiomas estás ahí?
- Pues eso parece, tengo que comer y no encontré curro de nada de lo nuestro, tampoco puedo estar haciendo oposiciones toda la vida. De momento no he conseguido que el dinero crezca de un árbol.
- No te preocupes Lianiaski seguro que todo se soluciona, no pierdas la esperanza que la vida no va siempre mal como tú crees.
Coge a su hijo de la mano y dice:
- Vámonos peque, que llegamos tarde al cole. Lianiaski un placer volver a hablar contigo.
Me da la mano y se marcha lentamente arrastrando a su pequeño.
- ¿Papi?
- Dime hijo mío.
- Ves como no es bueno estudiar, este señor tiene más estudios que tú y trabaja en el super de la esquina.
- Cariño tu estudia que yo me encargaré que no te pase como a ese hombre.
Mientras tanto en la puerta del supermercado:
- Abridme de una puta vez, que aquí fuera no hace precisamente calor.
- Ya vamos Carles, que buen humor traes todas las mañanas. Dicen dos voces femeninas desde el interior.
- No tardéis anda, como me encuentre con otro niño de papa no respondo de mis actos.
(No quiero ver como triunfas, no me hables, déjame hundirme a mí sólo. Lárgate de mi lado y busca una razón por la que no te tenga que matar. )
Lamento no haber encontrado este blog antes
ResponderEliminarMuchas gracias Arnau
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